Nostalgias de futuro
Se suele extrañar a veces lo que puede llegar a suceder.
...quizás es mi mayor deseo al escribir estas palabras que cuando vean tu luz, no sea demasaido tarde. Que sea cierto eso que dicen que el tiempo es exacto. Que sea ahí cuando la prueba sea vista como la mano ganadora, la que no puede fallar, la medida más envidiable de aquel éxito prometido, de esa victoria asegurada...
He fallado. Lo sé. Una y otra vez, incluso en las mayores obviedades, en necesidades más que básicas. Pero quiero que sepas aquí, si no lo supiste antes, que jamás quise herir. Que en ese instante que me hubiera atrevido a levantarte una mano, desearía que aparecieira un filo de la nada y se deshiciera de mi extremidad agresora, para dar justicia a la realidad y que jamás me atreviera siquiera a volver a cometer atrocidades así.
Incluso en este momento los recuerdos se arremolinan, embistiendo unos contra otros en una frenética competición por querer demostrar su valía. No me impiden esbozar una sonrisa por encima del presente y futuro inmediato. Aún al saber de la escasa solución, de las posibilidades y de las desaveniencias, el pasado y su absolutismo muestran que el trayecto ha sido de valor y de aprecio.
Tal vez, y sólo tal vez, pude haber hecho algo distinto. De alguna manera extender el plazo, la oportunidad de una pelea más, de un nuevo desafío... pero también entiendo que algunas veces, se gana cuando se elige no arremeter. Gran ironía que las veces que uno menos espera sean esas. Esperar, querer, esperar querer...
Ahora es posible que el sueño te impere, pero no quiero ni debo interrumpir tu reposo. No tengo potestad ni merecimiento de ello Los reflejos simplemente se acallan, sobre todo cuando es algo que no hará bien. A nadie. Lo facilita. Que el silencio impere, sólo esta vez... pequeño gran error, por inevitable que resulte.
Ya con el tiempo final marcando su perfecto compás, las disculpas otorgadas por todo mal posible y los mejores deseos que uno espera se muestren con seguridad ante tanta pureza y fortaleza. Que el recuerdo no sea una historia del olvido, si no el cimiento del futuro que vendrá... el que provoca el recuerdo... aún cuando el tiempo hoy se termina.
Sé feliz siempre, querida. Sin importar el tiempo, bordearás la eternidad.
He fallado. Lo sé. Una y otra vez, incluso en las mayores obviedades, en necesidades más que básicas. Pero quiero que sepas aquí, si no lo supiste antes, que jamás quise herir. Que en ese instante que me hubiera atrevido a levantarte una mano, desearía que aparecieira un filo de la nada y se deshiciera de mi extremidad agresora, para dar justicia a la realidad y que jamás me atreviera siquiera a volver a cometer atrocidades así.
Incluso en este momento los recuerdos se arremolinan, embistiendo unos contra otros en una frenética competición por querer demostrar su valía. No me impiden esbozar una sonrisa por encima del presente y futuro inmediato. Aún al saber de la escasa solución, de las posibilidades y de las desaveniencias, el pasado y su absolutismo muestran que el trayecto ha sido de valor y de aprecio.
Tal vez, y sólo tal vez, pude haber hecho algo distinto. De alguna manera extender el plazo, la oportunidad de una pelea más, de un nuevo desafío... pero también entiendo que algunas veces, se gana cuando se elige no arremeter. Gran ironía que las veces que uno menos espera sean esas. Esperar, querer, esperar querer...
Ahora es posible que el sueño te impere, pero no quiero ni debo interrumpir tu reposo. No tengo potestad ni merecimiento de ello Los reflejos simplemente se acallan, sobre todo cuando es algo que no hará bien. A nadie. Lo facilita. Que el silencio impere, sólo esta vez... pequeño gran error, por inevitable que resulte.
Ya con el tiempo final marcando su perfecto compás, las disculpas otorgadas por todo mal posible y los mejores deseos que uno espera se muestren con seguridad ante tanta pureza y fortaleza. Que el recuerdo no sea una historia del olvido, si no el cimiento del futuro que vendrá... el que provoca el recuerdo... aún cuando el tiempo hoy se termina.
Sé feliz siempre, querida. Sin importar el tiempo, bordearás la eternidad.
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