¿Espejismos o realidades?

Pasa el tiempo y nuevas vidas que envejecen nuestra historia... Es a partir de las experiencias, tanto nuestras como de los nuestros, que crecemos y nos definimos. Y aquí la intención de estos espejismos... estas formas de ver. Por medio de un relato quizás desvirtuado, expresar algo, con la esperanza de que quienes lean, lo encuentren de su mayor utilidad posible.

(Los textos se ubican en orden inverso de publicación. Es decir, el más reciente primero)

Suerte sellada

Volver, siempre volver... volver a donde nunca se debió de correr.





Varios años han pasado
desde el punto en que te vi,
y desde ese instante exacto,
desde entonces te seguí.

No había quien me contara
lo que iría a suceder,
porque no había quien pensara
que todo esto pudiese ser.

Un encanto que afloraba
y explotaba una pasión.
Las miradas que causaban
una paz sin comparación.

Pero quien no lo quería
terminó por tener razón.
Un sello que se rompía
abrió paso a la desolación.

El reloj frenó su paso,
o eso daba a entender.
Congelaba tu retazo
en aquel cruel atardecer.

Pero no todo estaba perdido,
todavía había opción.
No olvidaba lo vivido,
esa era nuestra elección.

Siguen habiendo razones
para volver siempre a soñar,
mientras haya corazones
que valga la pena adorar.

Nunca me habré olvidado
de augurar tu bienestar.
Y yo estaré esperando
que el sello se pueda arreglar.

(Des)velo de la Eternidad




A veces, cuando nos refugiamos en nuestros sueños, terminamos encontrando nuestras vidas. Otras, tenemos que dar la vida por los sueños. Pero del mayor equilibrio, en un punto exacto, surge una verdad inequívoca: Llegará un momento en el que la vida y nuestros sueños serán uno.


...y llegó el momento en que debía hacer su manifiesto. Se paraba ante mí una figura que si bien se veía bastante alicaída, se encontraba algo peculiar en su mirar. Había una determinación marcada en sus ojos. No pude contener la curiosidad, así que me decidí a preguntarle en que pensaba en un momento tan crucial.

Decide centrar su mirada en mí por unos instantes, mientras sin quebrar su expresión decide relatarme con una paciencia sobrenatural, la cual entre el asombro y el escepticismo, termina de envolverme e intrigarme, así que decido escucharlo con mucha más atención de la que esperaba en primera instancia.

"Hace mucho tiempo que yo tengo un sueño para esta vida. Es un sueño que vive en mí desde que tengo conceptos como tales, y el que ha sido mi designio de vida desde aquel ya lejano entonces. Esa forma de concebir el mundo me ha traído muchísimas tristezas, naturalmente, pero de la misma manera, me ha permitido vivir de una manera casi absoluta, así como también una felicidad por igual de absoluta".

"Todo marchaba de manera casi constante, hasta que me encontré con alguien que no esperaba. Alguien que tenía una manera de ver y sentir el mundo bastante parecida a la mía, la cual ha terminado por cautivarme por completo. Así que con el tiempo, no sólo aprendimos a vivir cada uno con la mejor manera del otro, si no que decidimos seguir ese viaje juntos. Cuando pasaban las alegrías, se potenciaban las de uno con las del otro, y las tristezas se amortiguaban entre los dos. Teníamos realmente importantes momentos".

"Pero claro... con el tiempo, cada quien debía seguir su camino. Y así lo hicimos. Yo sentía que debía decirle algo más desde aquel entonces... y es algo que me ha desvelado hace ya demasiado tiempo... tanto que nisiquiera puedo recordarlo con exactitud. Desde entonces, he ido recorriendo el mundo tratando de encontrarle una vez más, para poder decirle lo que me hacía falta".

Bastante conmovido, decidí preguntarle que era lo que lo desvelaba tanto como para que alguien que era capaz de acciones tan generosas estuviera tan apagado. La respuesta me dejó absolutamente absorto. Simplemente me dijo: "Sólo quiero recordarle, que sin importar los años y lo que ha pasado, le espero para poder seguir compartiendo una vez más todo aquello tan hermoso".

Terminó de sorprenderme con eso... por lo único que estaba cautivo era por querer encontrar a alguien para transmitirle un mensaje después de vaya uno a saber cuanto... ordené su liberación inmediata y le dije: "Quédate tranquilo y no te preocupes que lo encontrarás. Este desvelo terminará con un sueño. Con el sueño eterno de la realidad convivida.

Un vuelo más

Después de un eón, más o menos, decido volver. Espero que de aquí en más, demore menos tiempo en volver a pasar por aquí... este vuelo seguirá adelante... debe seguir adelante.



Sin importar donde me encuentre, conseguiré las fuerzas para seguir adelante. He visto como conforme han pasado los tiempos, los días, meses, años, algunos sueños han sido simplemente olvidados, con la "explicación" de que un sueño más completo aparecerá más adelante en el camino. De que algo distinto surgirá y se acoplará más exactamente a lo que sueño...


Es aquí donde digo basta. Donde me levanto insurgente ante esa explicación autosuficiente. Los sueños no se hacen para ser suplidos por otros. Se hacen para ser vividos. Para soñarlos se necesita imaginación. Para contarlos, se necesita transparencia. Para vivirlos, se necesita ilusión. Pero para defenderlos, sin importar lo que suceda, se necesita valor y se necesita amar esos sueños.


Podrá ser más o menos difícil... meros conceptos, en este observador. Lo que es fundamental es que valga la pena. El estar dispuesto a superarse uno mismo en busca de ellos. Crecer a raíz de las cirscuntancias y de los traspies del camino, y por sobre todas las cosas, animarse siempre un poco más.


Uno puede tambalearse, precipitarse, hasta cierto punto, a uno se le puede permitir caer. Pero lo que no se permite en un sueño, es el resignarse. Si realmente uno cree en su sueño, se animará a volar. Sin importar que tan lastimadas estén sus alas, encontrará la manera de volver a volar, de volver a cuidar de lo que uno más ama. De armarse de valor, coraje, paciencia y esperanza para seguir intentándolo.


El sueño jamás escuchó de razones. Jamás lo hará. Sólo se nutre de la esperanza y de la perseverancia, porque sabe muy bien que es todo lo que necesita. Es lo único que verdaderamente necesitamos. Un sueño que cumplir, una esperanza que alimentar y un vuelo que remontar.


...sin importar cuanto cueste... jamás me resignaré. Es necesario seguir adelante. Es obligatorio darlo todo y más. Es una misión de vida, ante todas las cosas, cuidar los sueños del futuro. Se derribarán las paredes, se acabarán las fronteras, y un día, antes de que nos demos cuenta, estaremos viviendo con la paz. Estaremos viviendo con la certeza, de que lo primero se logró. De que el sueño se está viviendo. Una vez que eso suceda, sólo restará lo más sencillo y complejo a la vez: Cuidarlo para siempre.


Pero lo primero, es y será lo fundamental: Remontar el vuelo. Con lo mejor de cada uno. Con el alma ardiendo al máximo y con las alas extendidas. Dispuestas. Cree en ti mismo, cree en los sueños, cree en la esperanza. Pero ante todo, vuela tan alto como puedas. Desde tan alto es más simple ver como creer.

Sueños futuros



Los sueños de un futuro son las guías por las que nos regimos. El camino que elegimos es el que el presente enmarca. Felicidades.

Busco la estrella que te vió nacer
La veo y parece que se va a caer.
¿Será eso un truco, lo que veo?
¿O será solo ilusión? Espero...

Si acaso el miedo me muestra débil,
no hará de mi lucha algo inútil.
No importa que esto sea difícil,
podré y querré hacer lo inverosimil.

Si fueran vistas de otro momento,
serán de quienes llegan viento.
Con su arribo levantan el vuelo,
de quienes esperan tocar el cielo.

Espío un momento la inspiración
rodeando siempre mi imaginación,
Encuentro cubierta una respuesta,
¿Verlá será lo que más me cuesta?

Ahora apunto y reordeno mi paz,
sé bien que todo cae si no estás.
Un mejor porvenir nos espera.
Pero espera sólo a quien se esmera.

Levántate otra vez, y pelea,
no deberás bajar tus certezas.
Toma tu aire y toma tu tiempo,
y haz real el sueño, con esmero.

Suertes de vida







Esperando que la suerte de la suerte dé una buena mano en un momento necesario...

Quizás si dejara de analizar todo en meros detalles, especulaciones, posibilidades y decisiones, podría ver un poco más allá de lo que cada paso representa en esta vida. No tratar de interpretar todo como si fueran sencillas variables en una situación versátil.

A veces, en días como hoy, toca enfrentarse a una realidad que escapa a la imaginación. Por momentos tiene su encanto, pero también su complicación. También tiene sus tragos repartidos. El balance de saber ver, elegir y preferir. Todo en un mismo momento. Todo formando parte de esta unidad.

Ahora, ahora es cuando pienso una y otra vez en lo que puedo hacer. En entender mis limitaciones y explotar mis virtudes más allá de los límites. Como si el tiempo decidiera aliarse conmigo en esta situación compleja. Sé que tengo la vida de mi parte y la fuerza para sacar lo mejor de ella. Sé que la vida y las vidas que la circunvalan también ayudaran a marcar el sendero que late con cada corazón.

No dejo de dudar en cada paso, pero tampoco dejo esas certezas que me hacen mirar en un punto fijo, perdido en la espesura del horizonte, pero que a su vez es tan claro comparado con el resto que simplemente, no puedo quitar la vista de él. ¿Cómo llamarlo? Sueño. ¿Cómo llamar al camino a recorrer? ¿Suerte? No... no al menos en el sentido del azar.

Porque veo que esto no es azar... no es todo regido por las leyes de la casualidad ni meras probabilidades de un suceso exacto. Siempre, en todo, es la que menos sucede. Tenemos para todo infinidad de opciones, y solamente sucede una. Eso no es azar, oportunidades ni suerte. Eso se llama vida. Eso, que tantas veces uno llama "milagro" cuando suceden una vez cada tanto, veo que en realidad sucede para todo.

No es descabellado pensar que suceden en cualquier momento. No es imposible desear que una posibilidad exacta acontezca. Es lo que muchos dirían "esperar ese milagro". Lo espero, entonces. Pero no sin hacer nada. Si no que sé que debo de hacer todo lo humanamente posible para que ese "milagro" aparezca en esta "suerte" de "vida". Y no sin que cada vida quiera ese milagro.

Porque en esta causa no estaremos solos. Y cuidaremos de cada vida con las nuestras. Es una promesa que nos unirá para siempre. Y sin importar que pase con nuestras vidas, mientras existan en nuestros corazones, serán inmortales.

Destellos


Es cuestión de esperar el momento preciso para ver los destellos que nos marcan para toda una vida...


Buscando errante en cada rincón,
buscando siempre una solución.
Escucharé hoy la misma canción
Y evitarte, desesperación.

Las luces que veo por la ciudad
No son una que estoy buscando.
Esa especial, sin tener igual,
la que cautiva a mi encanto.

Abriendo los ojos, no la veré,
por más que la busque una y otra vez.
Brillantes destellos que no creeré
que sean cual busco sin padecer.

Si cierro los ojos, veo otra verdad,
sin cuestionar jamás a ese ideal.
Y en tus recuerdos hay más claridad,
Anclarme en ello no puedo evitar.

Cálidos brillos que me amparan
sin importar con que adversidad
nos encontremos al deambular
por cada calle de esta ciudad.

Sólo me resta volver a sentir
el brillo que tanto encandila.
Y tus estrellas pronto han de venir,
las que nuestro camino iluminan.




Sonrisas


La sonrisa que defenderé siempre. Que daré todo por volver a ver. El resto está a la vista, en la más sutil transparencia.

Serán quizás de los tesoros más resguardados en las bóvedas de la memoria, las que busco día a día despertar de los corazones más cálidos, para que sean el fiel reflejo de su presente más agradable. Que sé muy bien que no será un tiempo perfecto, pero las cosas no son en la realidad como las siente nuestro corazón.


Pasajes de imágenes que deambulan mis recuerdos. Tiempos ya vividos, pero que con el paso de los años, no pierden el más mínimo detalle en sus colores. Sólo se vuelven más nítidas con cada vez que las veo. Y se desprende una de mí a la par, para replica, con gusto y cortesía, el gesto ofrecido.


Durante algún tiempo mueca esquiva, hoy por hoy, imperturbable. Antes fugaz, ahora constante. Noticias que al otro día no recordaba, crónicas para toda una vida. Son pilares fundamentales de la construcción futura. Estigmas grabados a fuego en el alma.


Como todo lo que gusta, genera una recurrencia. Un querer encontrarla en todos lados. Buscarla surgir en cada esquina o rincón. Llevarla siempre consigo y mostrarla a cuanto ser viviente veamos. Maravillarnos ante los reflejos del sentimiento, del querer, brillantes, chillones, vivos por sobre todo. Más vivos que nunca, e imponiéndose cada vez más en cada aspecto de esta naturaleza, queriendo ser toda la diferencia.


Ya no la busco más, porque desde que nace un nuevo día hasta que cierre mis ojos antes de soñar con un futuro más feliz y las formas de lograrlo, la encuentro. Llegó a mí su más fehaciente manifestación. Ahora, cuidarla y defenderla de todo, y hacer que siempre florezca más desde las raíces de su ser, es mi obligación más destacada. Mi máxima. Mi razón. Mi emoción. Designio, gusto y elección.


Cuando empieza el viaje


Nuevas oportunidades de brillar, nuevas oportunidades de poder seguir adelante. Ahora es el momento de poder disfrutar un poco de una nueva experiencia. Ahora es cuando el deber llama. Ahora es cuando toca responder.


Armo la valija, la cual está repleta. Llena de recuerdos, experiencias, alguna que otra tanta cosa que sé que no voy a necesitar, pero que la llevo por costumbre, por inercia. Casi digamos que por lo inevitable... pero que la llevo.

Matizo en mi mente las ideas más claras. Los objetivos que pienso cumplir, las oportunidades que sé que tendré y los tropiezos que seguramente padeceré. Pero todo es cuestión de balance, nada de perfección. La tranquilidad me impera, pero la ansiedad me impulsa.

Porque esto es lo que siempre quise, lo que ahora sí entiendo en su completa magnitud que significa y lo que sé que se puede alcanzar. La manifestación ha cambiado y ahora, más que clara, puedo verla. Puedo sentir el llamado que tantas veces me atreví a ignorar.

Sé que será varias veces lo mismo, viendo los mismos lugares una y otra vez. Las mismas casas, los mismos árboles, la misma situación. Una espiral contínua sin final de la recurrencia más predecible y redundante.

También sé que cambiará... que eso no es para siempre. Que sólo es un paso temporal antes de que una nueva realidad supere. Una realidad que no me encuentra más sumido en la soledad... si no que para compensarla, debo mirar en mí mismo y al exterior a la vez. Entender como en ningún sentido lo estoy, y no atreverme a conjurar esa equívoca manifestación una vez más. Estoy más seguro que nunca. No estoy solo.

Comienza el camino, comienza el ciclo. Mis afectos, mis armas y mis oportunidades esperan su oportunidad para mostrar lo mejor de sí. Con paciencia, con constancia y con discresión.

Estrellas en la tierra


Circunstancia especial quiere decir excepción. Arrancar con el brillo de la buena estrella es quizás lo mejor que se puede pedir. Que siga radiante siempre ese brillo...

Tantas veces que me he preguntado como puedo brillar... que creí que esa respuesta sería vacía, distante, fugaz... casi tan inalcanzable, que no dejaba de verlo como si fuera una alucinación, como un sueño de esos que tenemos bajo la carátula de imposible. Si bien deseamos con nuestra mayor imaginación que su realización lleguen, por contrapartida esperamos que la realidad nos diga que no podrá ser.

Ahora sopla el viento con mayor intensidad... se levanta la polvareda del camino. Las huellas que parecen cambiar. Algunas quedan arraigadas como la experiencia de por donde ya estuve alguna vez, otras que se borran porque ya cumplieron su designio y dejan paso a la reformación.

Empieza a agitarse el mar... dando a conocer los secretos más reservados de la profundidad. Mostrando que se acerca el momento de dar a conocer lo mejor, aquello que sólo existía en algunas leyendas de algún tiempo que ya no es este.

Se levanta la tierra, reaccionando de su tranquilidad. Mostrando como ya está preparada para asumir el nuevo viaje. Deseosa en su calma se muestra tan estable como siempre y tan volátil como nunca, a la espera del momento justo para levantarse en vuelo.

Arden las llamas... como nunca lo han hecho. Controladas, pero con una intensidad que no tiene precedentes. Sincronizándose con el deseo, al compás de la ilusión, queriendo siempre por encima de lo real. Mostrando que hay algo que se puede, que no importa lo que parezca, si no lo que puede ser.

En sinfonía, en cuestión de instantes, de manera casi elemental como lineal, la convergencia de los estados resulta. Y allí frente a mí, como nunca lo soñé, encuentro esos dos luceros... sorprendido porque no debo mirar hacia el cielo ni al horizonte para verlos. Sólo debía mirar hacia el frente, en la cercanía más real.

Últimos suspiros



Costó llegar hasta aquí. Feliz año para todos y gracias por acompañar un ciclo que ha sido maravilloso, largo, cansino, pero siempre gratificante. Gracias y hasta pronto.

Tocaba esperar este momento desde ya hace demasiado... tantos instantes que uno añora, tantos por los que se desvive y tantos por los que se vivirá. Suspiros, momentos, gritos y algún silencio perdido.

Tantas batallas que no se habían esperado, que nos tomaron por sorpresa, pero que siempre nos encontraron juntos, unidos bajo el mismo estandarte y con el mismo objetivo. Con nuestras diferencias, pero el objetivo común y la unidad siendo la más alta prioridad.

Donde hemos recibido ayudas de muchos aliados, conociéndonos en el proceso y compartiendo el escenario de cara al porvenir, aunque también han habido quienes no han querido pelear. No se los culpa en ningún momento. Luchar no es una obligación, si no una elección como tantas otras.

Lo más importante es la sorpresa. Que hemos tenido de esas, sí. Muchas. Pero no por eso han sido malas ellas. Por el contrario, la gran mayoría han sido recibidas de brazos abiertos, incluso más de una para cambiar la vida de los presentes.

Sólo queda esperar con calma, con compañía, el nuevo amanecer... esperar para una vez más volver al duelo. Al forcejeo constante que tanto nos ha hecho crecer y que tan juntos nos encontró y encontrará.