¿Espejismos o realidades?

Pasa el tiempo y nuevas vidas que envejecen nuestra historia... Es a partir de las experiencias, tanto nuestras como de los nuestros, que crecemos y nos definimos. Y aquí la intención de estos espejismos... estas formas de ver. Por medio de un relato quizás desvirtuado, expresar algo, con la esperanza de que quienes lean, lo encuentren de su mayor utilidad posible.

(Los textos se ubican en orden inverso de publicación. Es decir, el más reciente primero)

Magia del destino


Creer como elección de vida. Vivir un momento como único que es. Sentir en su esplendor aquello que más importa. Deleitarse, como es tan necesario, por algo que pareciera simple, pero que sin dudarlo tiene un valor infinito. El lazo nacido del fuego, de la casualidad, de la esperanza y de la tenacidad. El brillo de una oportunidad equivalente a desafiarlo todo, a atreverse a mirar al vacío y reconocer cuanto vale lo que nos toca vivir, y a no temblar para arriesgarlo todo por hacerlo prevalecer.

Sólo con volver a mirar alcanza. Sólo con volver a deleitarse sobra. Sólo con recordar el gusto se vive. Sólo con tan poco en apariencia se logra un giro tan fuerte en esencia. Sólo, tan sólo con un simple sello, se puede volver a la vida más absoluta.

Sin dudas que hay cambios... constantes, permanentes, casi amenazantes. Sin embargo, sabemos bien que no todo asusta, que no todo es tétrico. Sabemos y queremos. Sabemos que queremos. Sabemos. Queremos. Creemos.

Porque todo pasa y todo nace de creer y soñar. La casualidad nos permite siempre una opción más por si no la habíamos pensado, pero mucho surje de un atrevimiento, por decirlo de alguna forma. Por querer desafiar lo que pareciera evidente y por animarse a superarse uno mismo en pos de iluminar.

Esencia casi mágica que domina esta vida. Maleable, dócil, fuerte, decidida, humana y frágil. Adjetivos que forman parte de una alquimia de un carácter forjado, el cual es cierto que teme y sufre, pero vive y plenamente. Donde todo es realmente un amalgama perpetuo, en el cual no pasa más que por elegir como vivirlo y como aprovecharlo.

Sueños como cristales, nacidos de una ilusión casi irreal. Donde un querer simplemente no se puede desarrollar como tal por si solo, si no que se retroalimenta de la fuerza de un hechizo. De un sortilegio que impera crecer. Que demanda, exige y permite la posibilidad de agigantarse, así fuera un instante, para transparentar toda luz. Para evacuar todas las dudas y para ahuyentar cada miedo.

¿Por qué no creer? Sé del miedo. Sé del rechazo y sé de la herida. Pero la apuesta es evidente y la seguridad la garantía. La esperanza hará el resto del truco mágico. El destino sólo ha de ser entrelazado. La mueca esbozada que refleja tanto en un panorama silencioso, con el sonido del viento como acústica de fondo...

...sólo mira un instante. Sólo siente el vendaval. Sólo arde un momento y muéstrate con tu mejor velo. La promesa que ha sido sellada, aquella escrita en el rincón más secreto, donde nadie se atrevería a mirar. El pacto de silencio del cual no espero el efecto, porque el milagro ya existe. El destino ha hecho su magia. Sólo resta vivirla. Sólo te pido que recuerdes el juramento, y que este viaje se dé más allá de las nociones. No te dejaré caer. Te lo juro.