Impulsos naturales

En algún momento nos planteamos si el sacrificio vale la pena... si hay algo tras tanto dolor. Todos sabemos que sí... sólo que por momentos nos cuesta verlo. Nunca olvidemos por quienes hacemos lo que hacemos, ya que esa inspiración puede ser la pieza clave para nuestro éxito. Y no por nosotros mismos, sino por quienes nos lo propusimos en primer lugar.

Quizás sea cierto... quizás la carne sea débil... pero hemos de reconocer también que mientras sea guiada apropiadamente, puede obtener una fortaleza excepcional. Sólo será cuestión de encontrar el incentivo apropiado.

Lo que resulta más irónico de un asunto tan simple es que algo tan llano es enteramente difícil.... porque no queremos correr riesgos, porque no queremos perder. En ese fatídico instante empieza la auto-sugestión... la mala. ¿Y qué debemos hacer?

No es malo plantearse las cosas... lo que no es bueno es dudarlas. Porque he temido, he sangrado y he llorado. Pero aquí estoy, siguiendo adelante. No porque me guste el sacrificio ni el dolor sea un amigo... voy hasta el límite y más allá porque tu calidez así me lo dicta. Porque sé que quiero dar todo por ti. Pero debo hacerme más fuerte primero. Debo hacer el esfuerzo para estar preparado para darlo todo por ti.

Quizás no sea lo más inteligente, pero sé que es lo que quiero hacer. Porque quiero verte bien, porque quiero que seas feliz... quizás porque necesite que seas feliz y sentirme, en parte, responsable de eso; para poder lograr sentirme realizado. No lo busco para que mi nombre haga eco por este hecho... sólo por ti. Porque quiero lo mejor para ti.

Es ahora el momento. Sin importar lo que me cueste, haré este esfuerzo. Porque es lo que quiero y entiendo mejor para ambos. Estaré siempre contigo. No lo olvides. Mientras seas mi guía, no caeré jamás. Y mientras no caiga, daré todo por tu felicidad. Estas heridas no podrán contra lo que representas. Ni estas, ni ninguna.