Fundición de percepción
Bueno... hace ya un año que me embarqué en esto de la escritura (Wow. Duré más de lo que esperaba al principio). Algunos amigos no la están pasando esencialmente bien: No se vengan abajo que saben que los están cuidando. Dejen los inconvenientes menores de lado y concéntrense en lo que vale la pena. Y luchen por ello.
Gracias por bancarme este tiempo en este proyecto. Sobre todo a quienes fastidio para que lean seguido. Jejeje.
¿Realmente vale la pena sangrar? Hay quienes piensan que no vale la pena porque sangramos por nada... pero todo depende si se pretende lograr algo a cambio del derrame. No soy masoquista, evito el dolor cada vez que puedo. Claro está que por aquello que me da una inspiración estoy dispuesto a darlo todo. Por los mismos que enfrenté la mayor amenaza (mi propia oscuridad) estoy dispuesto a ir aún más allá. Porque lo que sea mejor es lo que buscaré. Quizás por mí mismo, pero seguro que por ellos.
El tiempo es mi maestro. Mientras lo dejo pasar viendo hacia el horizonte, fundo los tres tiempos en un aire para seguir adelante:
El pasado: El dulce recuerdo de sus risas, sus voces, las interminables reuniones que tantos gustos provocaron y se encargaron de forjar este núcleo.
El presente: Quizás un tanto aciago, pero es lo que le da más fuerza a mi filo para que pueda dar lo máximo por lo que quiero y creo.
El futuro: Retro-alimentador de la ilusión y el objetivo magno. El deseo de que en algún momento este forcejeo del destino concluya al fin para poder corregir las falencias y disfrutar los sucesos, pero aprender de la experiencia.
Esta alquimia selectiva es la que marca el perfil: Cada quien elige lo que ve y lo que usa para la misma. Indudablemente, mientras más positivo sea la selección, más favorables serían los resultados.
Sé que no todos la tendrán igual de fácil: Por eso apelo a su calma. Ninguna tempestad es eterna ni ningún vendaval fatal mientras no olvidemos los propósitos y los lazos. No nos resignemos por tropiezos... sino que convirtámoslos en el impulso para seguir. Recuerden siempre que no están solos. Ni ahora, ni nunca.
Ya es hora de continuar el sendero. Un nuevo duelo espera y la espada reclama una nueva emoción. La vida no es sedentaria, sino que siempre impulsa. El tenaz sabe que sufrirá, pero no se rendirá. Porque anhela lo mejor, y no sólo para sí mismo.
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