Profundización

Una pausa momentánea que a veces nos ayuda a redeterminar el rumbo y seguir siempre adelante.

Después de largas horas se había dado al fin una esperada y seguramente necesaria pausa. Era el momento de recuperar el aliento luego de un esfuerzo tan extenso, de forma de poder evaluar lo sucedido hasta ahora y de poder planear, con un poco de fortuna el siguiente paso del plan.

Este conflicto, iniciado tiempo atrás, se había desatado por arriesgarse en pos de una intención, acorde a lo que es el anhelo. Más allá de que fuera lo correcto o no, era una búsqueda que no debía quedar encerrada en el vacío, dado que no había nada para perder, pero raras las cuestiones son que quizás las guías cambian con el tiempo.

Ahora el enredo ha de terminar de alguna manera, y sabían bien la manera: Terminarlo en medida de lo que sus posibilidades se lo permitieran. Tratando de evadir la tendencia al choque. Saldando diferencias, pero sin la necesidad de caer en armas de presunción y de provocación fortuita. Solventarlo de una vez.

Este intervalo ha de ser aprovechado para replantarse la estrategia y buscar la solución por otros medios. Tiempo atrás escuché de una voz conocedora que los problemas se deben de resolver con una mentalidad y actitud distinta a la que los originaron. Esa quizás sea la clave para poder llevar esto por el mejor camino.

Será cuestión de tener la oportunidad para hacerlo. La concentración está preparada y el espíritu dispuesto. Se tiene bien en claro que es lo que se debe hacer para seguir y se tiene una idea concreta de como conseguirlo. Ahora es cuando hemos de recorrer el nuevo e inesperado camino.

Las cartas están sobre la mesa. Quizás los riesgos sean grandes y las posibilidades no estén de nuestra parte, pero es el camino de la ilusión el que nos guía, el de la determinación nos incentiva, el de la constancia nos impulsa y el de las alianzas nos fortalece. Con todas las armas de nuestra parte, todo parece posible. Ahora todo pasa por no perder el sueño de vista y preservando a los demás, entregarlo todo para cumplirlo. La respuesta está más allá de mí, pero la tranquilidad se cierne en su totalidad, debido a que el fallo definitivo está en manos de quien le confío mi vida.