Llamarada final
Hasta donde debe de ir el esfuerzo final para poder cumplir un objetivo, o hasta donde estamos dispuestos a llegar para materializar nuestros sueños. Y que tan alto podemos llegar a volar si no pensamos en nuestras limitaciones...
Parecía claro que esto no tenía más alternativa. Sin importar la voluntad que se quisiera, las garras del infortunio se mostraban listas y deseosas de atravesar cuanto tuvieran en frente y demostrar que siempre se puede caer otra vez. Probar que nunca hay un último fallo y menguar con sus armas toda similitud con la voluntad.
Si bien pareciera que es implacable e imposible de superar para muchos, existen también presencias que nunca tiemblan a los golpes. Esencias que parecen no conocer el significado y efecto de la frustración. Algunos incluso capaces de mimetizar estas eventualidades y transformarlas en nuevas armas para superar cada nuevo desafío que se presente a cada instante.
Son cosas difíciles de entender... ¿Cómo estos seres son capaces de manifestar tanta fuerza interior y tener la habilidad de con su llama reducir a cenizas todos los temores y las dificultades que se manifiesten? ¿Cómo son capaces, de con ese calor albergar y guiar a quienes temen, y también brindarles nuevas fuerzas para seguir sus peleas? ¿Cómo iluminan el camino a seguir en busca de cumplir los objetivos que cada uno se planteó?
Algunos suponen que son capaces de brillar y luchar como si no hubiera un mañana. Como si todo se resumiera a esta instancia y que son excelentes rindiendo bajo presiones. Una “especie” de élite que sin importar cuan alta esté la vara, ellos lograrán sobrepasarla y esclarecer las dudas de muchos, inmolando la desesperación e incinerando los miedos.
Cuando las horas aciagas lleguen, recordarán algunos que son oportunidades renovadas para mostrar el verdadero potencial. Para exteriorizarlo. Y puede ser una alternativa verlo como la instancia final... como el límite. Será entonces tiempo de arder con toda nuestra flama interior y superar la eventualidad. Tiempo de revertir los procesos. Tiempo de despertar la máxima voluntad. Será el tiempo...
Si bien pareciera que es implacable e imposible de superar para muchos, existen también presencias que nunca tiemblan a los golpes. Esencias que parecen no conocer el significado y efecto de la frustración. Algunos incluso capaces de mimetizar estas eventualidades y transformarlas en nuevas armas para superar cada nuevo desafío que se presente a cada instante.
Son cosas difíciles de entender... ¿Cómo estos seres son capaces de manifestar tanta fuerza interior y tener la habilidad de con su llama reducir a cenizas todos los temores y las dificultades que se manifiesten? ¿Cómo son capaces, de con ese calor albergar y guiar a quienes temen, y también brindarles nuevas fuerzas para seguir sus peleas? ¿Cómo iluminan el camino a seguir en busca de cumplir los objetivos que cada uno se planteó?
Algunos suponen que son capaces de brillar y luchar como si no hubiera un mañana. Como si todo se resumiera a esta instancia y que son excelentes rindiendo bajo presiones. Una “especie” de élite que sin importar cuan alta esté la vara, ellos lograrán sobrepasarla y esclarecer las dudas de muchos, inmolando la desesperación e incinerando los miedos.
Cuando las horas aciagas lleguen, recordarán algunos que son oportunidades renovadas para mostrar el verdadero potencial. Para exteriorizarlo. Y puede ser una alternativa verlo como la instancia final... como el límite. Será entonces tiempo de arder con toda nuestra flama interior y superar la eventualidad. Tiempo de revertir los procesos. Tiempo de despertar la máxima voluntad. Será el tiempo...
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