¿Espejismos o realidades?

Pasa el tiempo y nuevas vidas que envejecen nuestra historia... Es a partir de las experiencias, tanto nuestras como de los nuestros, que crecemos y nos definimos. Y aquí la intención de estos espejismos... estas formas de ver. Por medio de un relato quizás desvirtuado, expresar algo, con la esperanza de que quienes lean, lo encuentren de su mayor utilidad posible.

(Los textos se ubican en orden inverso de publicación. Es decir, el más reciente primero)

Caída de máscaras


Cuando un anhelo parece un suplicio y una ofensa... es lo mejor que se nos ocurre pensar. Que lo que deseamos parece simple y justo a nuestros ojos, pero tan imposibles a los ajenos. Es la idea de hoy (En sí de hace dos semanas, tuve problemas de "logueo"). Pero se los pago con una promesa: Tengo dos textos más que subiré. Uno antes del viernes y el otro para el fin de semana.
Estos montajes...estás máscaras... siguen presentes y ya amenazan con devorar la integridad. Este forcejeo vano, que día a día se muestra, que día a día es lo mismo, que no reacciona ante nada. Ni se acentúa, ni se nitiga... sólo está y sigue allí. Expectante, latente, apuntalante. Preparado para seguir con su azote.

Su receptor debería de sentirse un hipócrita por no invocar su detención. Pero no lo hace por su propia consigna. Su pacto... su promesa. Y su integridad. A pesar de no estar conforme con tal espectáculo adulador que le presentan, no desafía. Porque sabe que desatar una guerra no es la opción. Quiere cooperar a la integridad del ambiente más allá del desafío constante.

Pero además sabe el mal que conlleva. El mismo mal que tanto daño ha hecho y ahora se encuentra sellado, gracias a la luz de los suyos. Esa luz que agradece, porque sabe que es por ella que quiere crecer y no entregarse a la maldad. He aquí la ironía: Alguien que tiene un arma tan destructiva, pero reniega de usarla. Porque son y serán las luces que alumbran el camino.

Pareciera que la “ambición” de que estás máscaras cayeran está fuera del alcance terrenal. Como si fuera una herejía decir las cosas que nos gustan y las que no para saber y cambiar. Como si convivir fuera un acto insostenible. Necesita su tiempo, pero no es un acto sacrílego. Quizás uno de los fundamentos para que esto no pase sea la ambición humana, que lamentablemente, en algunos puede más. Pero atestiguarla no nos da derecho a poseerla, porque la cadena no se rompería. Y sólo sería más doloroso.

¿Qué máscara debiéramos llevar? La de nuestra identidad, nada más. Porque es de esta que brilla lo mejor de cada quien y cuando surja lo peor sabremos como afrontarlo. No hay necesidad de maquillaje, porque nada es tan hermoso como la autenticidad. No desenfundaré mis armas. No cederé a la tempestad. No quiero caer en el resentimiento y atacar. Me lo han enseñado bien, mis queridos. Y les agradezco por iluminar. Ahora, que pase el siguiente acto de esta vida, y los “disfraces” sean más gustosos.

2 Comments:

At 4/7/07 8:14 p. m., Anonymous Anónimo said...

es tal cual.. como me gustaria sacarle la mascara a unos cuantos heeeeeeee jajajaj te lo juro.. es asi... TANTA IPOCRESIA ALGUN DIA TIENE QUE TERMINAR...es que no se dan cuenta en lo profundo que se unden cada vez q se ponen esa mascara y empiezan a hablar a actuar?? no se dan cuenta que hay mucho mas q eso que dan? no se dan cuenta q hacer el bien es mejor q hacer el mal? PARECE QUE NO... es ciero; aun asi hay que seguir viviendo y conviviendo con esos personajes, hay que seguir viendoles las mascaras dia tras dia.. porque en algunos casos ni siqiea vale la pena DESENMASCARAR estan tan tomados... tan viciados.. que solo puedes apenas mirarlos y dejarlos pasar.. son como un eco un viento fuerte que pasa y no te DEBE DESPEINAR...
ELI

 
At 5/7/07 12:09 a. m., Blogger Lich said...

"Linda" forma de tomar la esencia del texto. Digna de una persona transparente y auténtica como eres tú. Y es esa autenticidad la que se busca rescatar de la humanidad.
Es cierto... algunos se refugian en esto por tiempo indefinido y si vale la pena o no lo que haya tras ellos... no sé, no soy quien para decirlo.
El primer paso es nuestro: Sacarnos las nuestras. Y tú, niña, lo has logrado a la perfección. Por lo que te felicito y admiro.
Beso enorme

 

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