¿Espejismos o realidades?

Pasa el tiempo y nuevas vidas que envejecen nuestra historia... Es a partir de las experiencias, tanto nuestras como de los nuestros, que crecemos y nos definimos. Y aquí la intención de estos espejismos... estas formas de ver. Por medio de un relato quizás desvirtuado, expresar algo, con la esperanza de que quienes lean, lo encuentren de su mayor utilidad posible.

(Los textos se ubican en orden inverso de publicación. Es decir, el más reciente primero)

Memoria eterna





Siendo a veces la premisa el olvido, recordamos que siempre algo puede mucho más que las percepciones currilculares.


El tiempo es clemente con la mayoría de nosotros, pero por momentos es por demás de caprichoso, haciendo que algunos sucesos para los que a veces nos preparamos a lo largo del camino azoten cuando menos los esperamos, de forma de que la bofetada no pueda ser cubierta. De forma de que no podamos atenernos completamente a la consecuencia de lo que suceda.

Nos vemos obligados a improvisar en ese entonces. A tratar de ver lo que es la situación y rapidamente, analizarla, dilucidarla y optimizarla. Con todos los factores subjetivos, relativos, tácticos y emocionales en juego. Dicen a veces que la premisa de esto es el pulso frío, pero incluso la sangre ardiente puede ser una buena respuesta, dado que a veces la reacción tempestiva es más efectiva que la cabeza en frío.

A veces toca partir, distanciarse... pero sólo en un sentido físico, en una forma terrenal. Porque he sabido con la madurez que los lazos permanecen a pesar de que alguna o algunas circunstancias cambien. Y de los conflictos de la vida siempre algo brilla: Nuestro temple, nuestra capacidad de resolución, la verdadera firmeza de un lazo y el apoyo de quienes nos rodean.

La memoria cognitiva es algo que si bien es longevo, puede ser algo efímero. Pero no se necesita una mente para saber y recordar que se siente por una persona. Y puede ser que por simples diferencias momentáneas discutamos, pero jamás se deja de lado a nadie. Siempre podemos ver lo mejor en alguien que apreciemos. Siempre podemos seguir adelante. Siempre queda en cada ser viviente lo mejor de los demás.

Siendo así es que se le encuentra un sentido a cerrar los ojos y a dejar de percibir el alrededor. Al simple hecho de que nuestra verdad yace en nuestro interior. Es a ella misma a la que debemos prestarle más atención. Es allí donde la verdad más pura yace y donde las emociones sólo conocen su extremo de origen, pero nunca saben hasta donde llevarán.