¿Espejismos o realidades?

Pasa el tiempo y nuevas vidas que envejecen nuestra historia... Es a partir de las experiencias, tanto nuestras como de los nuestros, que crecemos y nos definimos. Y aquí la intención de estos espejismos... estas formas de ver. Por medio de un relato quizás desvirtuado, expresar algo, con la esperanza de que quienes lean, lo encuentren de su mayor utilidad posible.

(Los textos se ubican en orden inverso de publicación. Es decir, el más reciente primero)

A base de esperanza


Esperanza... clave que tenemos para escapar, para brillar, para prosperar, para insistir...


No puedo dejar de darte la razón. La vida continuamente amenaza y azota con más de lo que por momentos pareciéramos poder tolerar. Con mucho más de lo que necesitamos vivir en un instante determinado, pero voy a empezar más que a llevarte la contra, a explicarte por qué.

Porque primero que nada, el límite va por cuenta nuestra. Nosotros sabemos hasta donde podemos brillar realmente y hasta donde somos capaces de reaccionar cuando una situación se jacta a sí misma de desbordante. Desbordantes son quienes realmente logran superar toda expectativa, toda ilusión, todo presagio. Los que logran convertir un vendaval en la más pura manifestación de energía.

Luego, si azota, es porque estamos preparados y de alguna manera somos capaces de responder al desafío. No creo que se le pida a nadie algo que no pueda hacer. Puede serle más o menos difícil, pero indudablemente es porque hay un bien mucho mayor a la espera del reto, y ese bien es algo que puede definir o cambiar la vida, por lo que creo que a veces vale la pena derramar algún esfuerzo de más en busca del objetivo que lo vale.

Se hace irremediable sentir que realmente no podemos, pero, ¿Qué ganamos con conformarnos? ¿No es ahí cuando deberíamos intentar ser un poco más atrevidos y animarnos a revertir nuestro andar? ¿A crecer un poco más? ¿A explorar nuevos horizontes y descubrir nuevas facetas de la vida? Hasta donde sé no es un crimen y los resultados suelen ser por demás de encantadores.

Escuché una vez que todo pasa por algo... quizás porque algo se nos pide o algo debemos hacer o no hacer, según qué corresponda en cada caso. Porque más allá de lo que hayamos pasado, siempre, y te lo repito con elocuencia, siempre podemos cambiar nuestro presente para iluminar nuestro futuro.

Y ahí tenemos una carta fundamental: La esperanza. El deseo que le tengamos a la vida misma de querer ser más que uno mismo. La voluntad de perseverar, sin importar la marea. Y en definitiva, nuestra disposición a atravesar el viento y ser más de lo que somos por quienes somos lo que somos.

Nostalgias de futuro


Se suele extrañar a veces lo que puede llegar a suceder.

...quizás es mi mayor deseo al escribir estas palabras que cuando vean tu luz, no sea demasaido tarde. Que sea cierto eso que dicen que el tiempo es exacto. Que sea ahí cuando la prueba sea vista como la mano ganadora, la que no puede fallar, la medida más envidiable de aquel éxito prometido, de esa victoria asegurada...

He fallado. Lo sé. Una y otra vez, incluso en las mayores obviedades, en necesidades más que básicas. Pero quiero que sepas aquí, si no lo supiste antes, que jamás quise herir. Que en ese instante que me hubiera atrevido a levantarte una mano, desearía que aparecieira un filo de la nada y se deshiciera de mi extremidad agresora, para dar justicia a la realidad y que jamás me atreviera siquiera a volver a cometer atrocidades así.

Incluso en este momento los recuerdos se arremolinan, embistiendo unos contra otros en una frenética competición por querer demostrar su valía. No me impiden esbozar una sonrisa por encima del presente y futuro inmediato. Aún al saber de la escasa solución, de las posibilidades y de las desaveniencias, el pasado y su absolutismo muestran que el trayecto ha sido de valor y de aprecio.

Tal vez, y sólo tal vez, pude haber hecho algo distinto. De alguna manera extender el plazo, la oportunidad de una pelea más, de un nuevo desafío... pero también entiendo que algunas veces, se gana cuando se elige no arremeter. Gran ironía que las veces que uno menos espera sean esas. Esperar, querer, esperar querer...

Ahora es posible que el sueño te impere, pero no quiero ni debo interrumpir tu reposo. No tengo potestad ni merecimiento de ello Los reflejos simplemente se acallan, sobre todo cuando es algo que no hará bien. A nadie. Lo facilita. Que el silencio impere, sólo esta vez... pequeño gran error, por inevitable que resulte.

Ya con el tiempo final marcando su perfecto compás, las disculpas otorgadas por todo mal posible y los mejores deseos que uno espera se muestren con seguridad ante tanta pureza y fortaleza. Que el recuerdo no sea una historia del olvido, si no el cimiento del futuro que vendrá... el que provoca el recuerdo... aún cuando el tiempo hoy se termina.

Sé feliz siempre, querida. Sin importar el tiempo, bordearás la eternidad.

Susurrando vientos



A veces las palabras más fuertes se originan del menor de los volúmenes...

Exclamo en silencio otra vez
que reto he querido exceder
voces heridas a través
de un tiempo que supo atraer

Con paso en duda vas a mí
¿Pero por qué quieres seguir?
Espera y déjame decir
que tengo ahora para tí

Intento pero me muestro
Complicando en sencillez
Ir cayendo por lo nuestro
no va a dañar tu calidez

Brillo de ojos con intriga
esperan que caiga ese sello.
Preso ahora del destello,
silencio eterno, me fustiga

Viendo ahora estos ciertos,
es imposible este tormento,
confiando en el cimiento:
"Antes que perderte, muerto."

Ahora que queda el respeto
me siento y prendo un incienso
Veo tu foto y sólo pienso:
"Por tí todo. Lo prometo."