¿Espejismos o realidades?

Pasa el tiempo y nuevas vidas que envejecen nuestra historia... Es a partir de las experiencias, tanto nuestras como de los nuestros, que crecemos y nos definimos. Y aquí la intención de estos espejismos... estas formas de ver. Por medio de un relato quizás desvirtuado, expresar algo, con la esperanza de que quienes lean, lo encuentren de su mayor utilidad posible.

(Los textos se ubican en orden inverso de publicación. Es decir, el más reciente primero)

Estrellas en la tierra


Circunstancia especial quiere decir excepción. Arrancar con el brillo de la buena estrella es quizás lo mejor que se puede pedir. Que siga radiante siempre ese brillo...

Tantas veces que me he preguntado como puedo brillar... que creí que esa respuesta sería vacía, distante, fugaz... casi tan inalcanzable, que no dejaba de verlo como si fuera una alucinación, como un sueño de esos que tenemos bajo la carátula de imposible. Si bien deseamos con nuestra mayor imaginación que su realización lleguen, por contrapartida esperamos que la realidad nos diga que no podrá ser.

Ahora sopla el viento con mayor intensidad... se levanta la polvareda del camino. Las huellas que parecen cambiar. Algunas quedan arraigadas como la experiencia de por donde ya estuve alguna vez, otras que se borran porque ya cumplieron su designio y dejan paso a la reformación.

Empieza a agitarse el mar... dando a conocer los secretos más reservados de la profundidad. Mostrando que se acerca el momento de dar a conocer lo mejor, aquello que sólo existía en algunas leyendas de algún tiempo que ya no es este.

Se levanta la tierra, reaccionando de su tranquilidad. Mostrando como ya está preparada para asumir el nuevo viaje. Deseosa en su calma se muestra tan estable como siempre y tan volátil como nunca, a la espera del momento justo para levantarse en vuelo.

Arden las llamas... como nunca lo han hecho. Controladas, pero con una intensidad que no tiene precedentes. Sincronizándose con el deseo, al compás de la ilusión, queriendo siempre por encima de lo real. Mostrando que hay algo que se puede, que no importa lo que parezca, si no lo que puede ser.

En sinfonía, en cuestión de instantes, de manera casi elemental como lineal, la convergencia de los estados resulta. Y allí frente a mí, como nunca lo soñé, encuentro esos dos luceros... sorprendido porque no debo mirar hacia el cielo ni al horizonte para verlos. Sólo debía mirar hacia el frente, en la cercanía más real.

Últimos suspiros



Costó llegar hasta aquí. Feliz año para todos y gracias por acompañar un ciclo que ha sido maravilloso, largo, cansino, pero siempre gratificante. Gracias y hasta pronto.

Tocaba esperar este momento desde ya hace demasiado... tantos instantes que uno añora, tantos por los que se desvive y tantos por los que se vivirá. Suspiros, momentos, gritos y algún silencio perdido.

Tantas batallas que no se habían esperado, que nos tomaron por sorpresa, pero que siempre nos encontraron juntos, unidos bajo el mismo estandarte y con el mismo objetivo. Con nuestras diferencias, pero el objetivo común y la unidad siendo la más alta prioridad.

Donde hemos recibido ayudas de muchos aliados, conociéndonos en el proceso y compartiendo el escenario de cara al porvenir, aunque también han habido quienes no han querido pelear. No se los culpa en ningún momento. Luchar no es una obligación, si no una elección como tantas otras.

Lo más importante es la sorpresa. Que hemos tenido de esas, sí. Muchas. Pero no por eso han sido malas ellas. Por el contrario, la gran mayoría han sido recibidas de brazos abiertos, incluso más de una para cambiar la vida de los presentes.

Sólo queda esperar con calma, con compañía, el nuevo amanecer... esperar para una vez más volver al duelo. Al forcejeo constante que tanto nos ha hecho crecer y que tan juntos nos encontró y encontrará.