¿Espejismos o realidades?

Pasa el tiempo y nuevas vidas que envejecen nuestra historia... Es a partir de las experiencias, tanto nuestras como de los nuestros, que crecemos y nos definimos. Y aquí la intención de estos espejismos... estas formas de ver. Por medio de un relato quizás desvirtuado, expresar algo, con la esperanza de que quienes lean, lo encuentren de su mayor utilidad posible.

(Los textos se ubican en orden inverso de publicación. Es decir, el más reciente primero)

Irrumpiendo el conflicto



En idas y vueltas, entreveros y persecuciones cíclicas, se aprende también a ver más allá. Buscar un poco opciones mejores para el entorno que a uno le acompaña. Encontrarse, también, con buena parte de uno mismo y salir adelante por la luz.

Sólo no hay que dejar de intentar, me enseñaron. Sólo, haciendo el esfuerzo necesario y creyendo en que es posible, es que se logran los milagros. A base de voluntad, esfuerzo y paciencia. Todo llega. Sólo... esperar...



El cambio de vientos estaba anunciado desde el inicio, desde antes de que sucedieran los eventos en sí. La pericia ya se había hecho un hábito redundante y casi carente de sorpresas. ¿Por qué esperar y especular, cuando sabremos lo que va a pasar?

Porque aún aunque tengamos todo controlado y meticulosamente encajado, siempre algo tiende a funcionar de otra manera. Siempre algo cambiará. Y siempre, será una oportunidad para disfrutar lo que vendrá.

¿Virtuosismo? ¿Especialidad? No. La mera voluntad. Sólo hemos de observar el mundo con ojos diferentes, percibiendo nuevos tonos y queriendo una nueva realidad. Confundirla con la que ya estamos viviendo, para que así, así, así se pueda perpetrar un nuevo sueño.

No es una cuestión de objetivos, si no donde la levedad juega. La misma que nos permite librarnos de los problemas por las mejores direcciones, viendo no las cosas como impedimentos de lo que podemos hacer... sólo como una diferencia a superar antes de que se cumpla el deseo mismo.

Algo nuevo siempre puede pasar, escucho en las voces ciegas que se repiten una y otra vez a sí mismas. El juego de la discusión perpetua entre lo que puede ser y lo que quiere ser. La confusión etéreade una mejor opinión. El resultado de la fusión que se proclama, altivo y desafiante, sobre el presente y mirando en una dirección que está más allá de lo físico.

Y el viento vuelve a girar. Y nos muestra otra cara. Una nueva oportunidad. Tendrás tu realidad, te dice en su susurro al barrer la polvareda que acarreaba consigo. Los huesos vuelven a responder, luego de su inminente estática. Ya quizás sea tiempo, de levantarme de este banco...

...ya quizás sea tiempo, de atreverme a desafiar a las mismas estrellas... algo mejor será posible. Y ni siquiera el firmamento impedirá que eso llegue. No mientras el aliento lo siga teniendo. Ningún frío puede congelar el sueño del alma, sea cual sea su origen. Siempre, hay algo más para hacer. Ya es tiempo. Proceder.

Derribando puertas


Cuando se nos cierran las puertas, es cuando solemos pensar un poco más las cosas. Pensar, sentir, vivir... alternativas todas válidas a la hora de nuestra cotidaneidad. Todas necesarias, en mayor o menor grado, ya sea por necesidad directa o por necesidad de omisión. Pero sin dudas, la respuesta que buscamos, casi sin poder evitarlo, es: "¿Cómo cruzamos el bloqueo?" La respuesta, siempre se halla en uno. Cuestión de tiempo el descifrado.


...y me encuentro una vez más, en la encrucijada dominante. El seguir o el detenerme. Habiendo visto el hecho de que el tiempo ya no está jugando con la misma clemencia y decidió volver su filo ante mi ser.

La piel magullada que pide un momento de aire, mientras el fino tinte rojo se precipita desde mis dedos hasta hacer contacto con el piso. Jamás me arrepentí ni lamenté por mis heridas, siendo estas el reflejo de mi esfuerzo y mi sacrificio. Casi sintiéndome orgulloso de ellas, no puedo evitar esbozar una sonrisa, mientras me encuentro frente a este momento.

Tantas veces que se han planteado obstáculos de diferentes índoles, tantas veces que en nombre de lo que más vale la pena la decisión ha sido seguir adelante. Sin importar la adversidad, siempre se ha de encontrar el punto débil del problema para resolverlo con mayor practicidad, o fortalecerse uno mismo y ser más que el desafiante.

Sólo veo la situación... sólo tomo un poco de aire. Recuerdo por qué estoy aquí. Por qué llegué hasta donde llegué y que busco del otro lado. Nunca se ha extraviado el dulce propósito, que por un lado no podría ser más vanidoso, pero a la par, tampoco más altruista. Al no ser la fuerza de uno, si no que acoplar las buenas estrellas que me acompañan en una luz envolvente. Que así como me envuelven a mí, lo hacen con las musas y las luces de la vida misma.

El flujo de eventos no ha de ser alterado. No en el causal evidente. Sin embargo, tampoco el propósito de defender lo que más importa y vale cederá. Ese sólo se reforzará con el paso del tiempo y de los eventos. La convicción apunta en un sólo sentido.

Ya es tiempo. La oportunidad se presenta. El instante manda que esta barricada ha de caer, de una vez por todas. El andar dominante me llevará através del nuevo paso y el camino se nos hará al andar.

Mientras sigue transitando, más resuelto, sólo se escucha el eco de la frase "Por la esperanza..."... que sea la guía resoluta de los que se atreven a desafiar a la suerte.