¿Espejismos o realidades?

Pasa el tiempo y nuevas vidas que envejecen nuestra historia... Es a partir de las experiencias, tanto nuestras como de los nuestros, que crecemos y nos definimos. Y aquí la intención de estos espejismos... estas formas de ver. Por medio de un relato quizás desvirtuado, expresar algo, con la esperanza de que quienes lean, lo encuentren de su mayor utilidad posible.

(Los textos se ubican en orden inverso de publicación. Es decir, el más reciente primero)

Ilusorios pasillos


Porque a veces en un momento de cuestiones nace la claridad. La esperanza y la ilusión se levantan en armas. Se abaten contra la circunstancia y demuestran su verdadero poderío, pero más allá de su fuerza, demuestran también la humanidad con la que se emplean. Como sin ser absolutamente perfectas, se vuelven contendientes perfectas.

Atrapante oportunidad
de volverse a desvelar,
aprontándose el telar
de la más sutil claridad.

Diciendo un eco muy dispar
se escucha el sueño al gritar,
palabras que vuelven a citar
punzando intentan atizar.

Reinado de mi incertidumbre
si te quise o te querré
pero si sé que llegaré
hasta el techo, la cumbre.

No le temo a decaer
ni mucho menos a perder,
porque vale la pena arder
y a tus sueños ver renacer.

yo no sé si está oscuro
o sólo es tiempo errante,
paso firme, bien rasante
para irme por lo seguro.

Si tengo dudas durante
te aseguro que lo sabrás
si mal disimulo verás
si siquiera lo intentase.

Es un cierto que tú lates
como no lo he sentido
y como no he vivido
algo así nunca antes...

Manto de revés


Armas nuevas, renovación de la indumentaria. Fortalecimiento de las actitudes y de la mentalidad. Esperanza dominante. Sueños ilusorios como visiones de una realidad alternativa, futura con los matices exactos de felicidad que son necesarios. Con el formato de la mejor promesa. Con la oportunidad de una nueva y mejor vida.

Contadas son las oportunidades que existen para poder cambiar de forma fundamental. Experiencias que sin lugar a dudas provocan terremotos en nuestra personalidad, en nuestro caracter, en nuestra forma de ver el mundo... a veces para permitirnos ver otras aristas. Pero no son las que se buscan a veces...

...en ocasiones, estos cambios se dan como una profundización. Como una instancia para amplificar nuestra sensación del mundo, para no sólo verlo y vivirlo como lo hacemos, si no que sentirlo de una manera más intensa, más absoluta, más plena.

Alucinaciones, quizás... pero si así lo fueran, tampoco sonaría demasiado molesto perderse en ellas. No todos los días tenemos la oportunidad de vivir en plenitud y cuando se nos presenta, es un instante decisivo el que nos permite quizás un brillo que no habíamos sentido. Un fuego que no habíamos experimentado o siquiera soñado, quizás por costumbre o por no atrevernos.

Pero claro está que bienaventurados sean quienes no dejan de soñar, porque no dejan de insistir, de buscar, de lograr, de disfrutar... de vivir el sueño que sienten. De revertir la situación que sea con un movimiento, con una actitud, con una esperanza y con una energía sin precedentes.

Imperante resulta ir en busca de eso. El sueño no dejará de existir jamás y el palacio de cristal seguirá siendo la defensa obligatoria. La defensa buscada. Y el hospedaje buscado allí el sueño eterno. La transparencia del valor más sincero y apreciado. La muestra de la lealtad más absoluta y el honor más importante.

Huellas inmortales


Marcas eternas. Circunstancias que mandan. Momentos que sueñan. Revelaciones... revelaciones... sin temor. Sólo, mandando sólo, con una oportunidad.

Tanto tiempo andado... tanto compartido. Sé que aún no es el final. Aún no es el tiempo justo... aún no. Miro hacia atrás, ahora estando mirando hacia el final del camino, hacia el borde de un vacío desde donde brota una brisa...

...pero entonces, brotan las memorias. Todo lo que hemos vivido juntos. Toda la felicidad compartida y toda la alegría pertinente. Realmente, una alegría que invade y me impide de dar el último paso... imágenes de una dulzura que se sigue viviendo...

... y vuelvo a ver. Vuelvo a sentir donde me encuentro. Donde realmente la dicotomía aflora en su máximo esplendor. Donde realmente la esperanza y el límite se enfrentan el uno a otro en busca de la superación.

Creo realmente que el pasado muestra como llegamos hasta aquí, como realmente hemos superado el camino. Como hemos transitado peripecias y constancias...

...no vale la pena dar el salto. Aún queda tiempo para nosotros. Aún nos queda camino por marcar. Que el pasado seguirá marcado, para siempre, desafiando al viento seductor en nosotros. Creciendo siempre lo que más valdrá y lo que nos ayudará más adelante.