¿Espejismos o realidades?

Pasa el tiempo y nuevas vidas que envejecen nuestra historia... Es a partir de las experiencias, tanto nuestras como de los nuestros, que crecemos y nos definimos. Y aquí la intención de estos espejismos... estas formas de ver. Por medio de un relato quizás desvirtuado, expresar algo, con la esperanza de que quienes lean, lo encuentren de su mayor utilidad posible.

(Los textos se ubican en orden inverso de publicación. Es decir, el más reciente primero)

En tus ojos


Quizás impresione como algunas impresiones no cambian ni con el tiempo ni con las circunstancias. Las transparencias son cada vez más claras y las intenciones cada vez más alineadas.



Con ver en tus ojos alcanza. Reflejos de encanto, de sueños, de amor. Muestra de una pureza sin igual única, como pocas veces toca conocer en la vida. Como para pensar que es todo lo que se necesita de esta vida. En un momento que se congela en la mente, como una fotografía a la que uno suele y quiere recurrir una y otra vez.

Son tus ojos, de par en par frente a los míos, los que dejan al descubierto el querer, lo que cada uno necesita. Los detalles que son ajenos a las palabras, pero que se manifiestan una y otra vez en todo nuestro ser. Las sensaciones que no nos podemos esconder, que no nos queremos disimular más.

Instante de confusión en este lucero. El borde de la perfección que tanto se especuló si existía o no parece estar mucho más cerca de lo que podía esperar o anticipar. Aún así, este anhelo de vista de ensueño sigue alentándonos.

Entrecruza de provocaciones, de desafíos y de sutilezas. El compás por momentos oscilante y por momentos sincrónico de nuestras pupilas es absolutamente inestable, pero adaptándose continuamente a nuestro momento. Al vistazo de un pasado reciente y un futuro tan promisorio como imparable.

Para volver a verlos, mientras no esté frente a tí, sólo cerraré mis ojos por un instante. Un momento para fugarme del mundo tangible, y refugiarme, a lo lejos, a lo cerca, en tí y en tu calidez.

Vuelo errante



Levantarse nunca tiene dos veces el mismo rumbo. Cambian los sentidos, cambian los caminos. Pero si hay algo que no cambia es el sentir y las ganas. Pequeñas remodelaciones del alma y la esperanza de la gran diferencia.


Momento extraño en la vida será siempre pensar
que ojalá no nos faltara esa oportunidad,
que no diferenciemos toda nuestra equidad,
que no temamos sentir el rocío en la piel.

Verdad es que no toda lluvia se tiñe de hiel.
Esperamos el momento para disfrutarla
y luego, cuando nos caiga, poder arraigarla.
Para que limpie incertezas, lo esperaré.

Un tiempo sin el tiempo junto a tí pasaré
queriendo vivir más allá de estos segundos,
propagando este gran sentimiento fecundo
Que nos parecerá todo, pero nunca raro.

Tu vuelo grácil que busca algo en el claro
tanteando a ciegas, sabiendo que él está ahí.
Porque aunque tiemble lo que tiemble, nunca caí.
Siempre el deseo de junto a tí poder estar.

Buscando el sueño

Simples deseos... simples sueños... fácil interpretación, las espirales de llevarlos a esta dimensión es lo que hace más complicado el trayecto. No obstante, que nunca se pierda la magia de soñar.

Dicen que lo más duro es despertar... que encontrarse con la posibilidad de que un ideal simplemente se desvanezca. A veces no es tan así... a veces, quizás el sueño tiene sus asperezas, pero cuesta verlas.

No por ello hay que temer soñar, volar, animarse. El riesgo siempre ha estado presente, pero es ese mismo riesgo que funciona como una herida potencial, el que nos permite crecer, sentir y vivir.

No hay que lamentar nunca que las cosas no salgan como uno quiere, porque a veces, quizñas esa no es la mejor respuesta. Quizás, algo mejor yace, tanto para uno mismo como para todos los implicados en el sueño. Y la mira está siempre puesta en la felicidad de todos los partícipes. Entonces, no vale la pena aceptar un camino tan rígido como único, si no que estar dispuesto a tomar algunas curvas, algunas aceleraciones y respirar el vértigo.

La oportunidad... la dichosa oportunidad... el darlo todo por ella. ¿Qué más pedir que el valor de defender un anhelo? ¿Que satisfacción más grande que poder superar los límites por algo que pareciera tan impropio, tan ajeno? ¿Qué mejor que rebelarse ante el destino por querer algo mucho más noble para alguien que ilumina nuestro corazón?

No temeré nunca más ante las probabilidades... sólo imperará lo que se sienta. Sólo quedará la alegría de haber superado la eventualidad, y cuando recordemos todo esto, será con una grata sonrisa.

Hasta entonces, ahora sólo queda redoblar el esfuerzo para que rías. La compañía inevitable del alma...

Fuga de mar

Fuente de calma que no siempre está estable. La mutación espera siempre una nueva oportunidad. Un instante nuevo para poder revolucionar la corriente, y así mostrar sus más ocultas aristas.

Abrir los ojos, otra vez
y mirar cielos nublados.
Más anhelos contrariados
que buscan otros escapes.

Son otros vientos fatales
que hoy disparan con furia.
Presumiendo la lujuria,
acallan lo que decimos.

Y con la lluvia seguimos
escapando del siempre gris.
Nos inventamos en París,
siempre, lejos del presente.

La amenaza permanente
es la que el mar hoy impera,
con señales de tormenta
que ahogan la salvación.

Será en otra ocasión
resignarse a esta suerte.
Hoy habrá que ser más fuerte
que la simple adversidad.

Condición de inmensidad,
ver más allá de los cielos.
Sublevar a los más tiesos
parece ser gran solución.

Desafiar a la polución
de las huestes que rodean,
a los que siempre esperan
un momento siempre exacto.

Cumpliremos este pacto,
seguiremos este lazo.
Nunca ténue es el trazo
de quien ya latió una vez.

Una carta que espera

La carta que alguna vez esperaría que llegara a su destino, derivada de una conversación con uno mismo. Las respuestas que en parte estarán y en parte esperarán a que quien co-participe rellene. Esperar.... sólo esperar.

Son palabras que no me animé a decir. Las mismas que tantas veces esperé que llegaran a tí, pero el eco del tiempo, no muy afín a ellas, resiste su curso hasta tu ser. ¿Qué es lo que impide la llegada del mensaje? ¿Falta de valor? No sé si creerlo... al menos no esta noche.

No soy, ni seré, alguien que tenga la potestad de romper tu cristal. Tu vida de ensueño, con sus peripecias y deslices... ¿Por qué habría de perjudicarla? No sería justo que tuviera la isolencia para dar el azote casi exacto, que lograría que la imagen se redujera a meros fragmentos. A veces, sólo pareciera que el silencio elige protegerte y poner a prueba a mi razón y a esta emoción.

Mejor tomar aire... tiempo... es lo que siempre recomiendan. Pero todo va indicando la misma dirección, al final y al cabo. ¿Esperar un momento exacto? Sólo uno: Tu voluntad. Porque si voy a liberarlo todo y te revelaré mi deseo de querer lograr lo que pareciera imposible, Sólo querré hacerlo si es algo que es afín a tí. Para ello, sólo espero una palabra tuya. Una señal exacta. Si me mostraras la expresa intención de saber que ronda los aposentos del latir, verás que es lo que tan efusivamente espera tras los bastidores del corazón.

No existen presiones. Sólo el deseo de comentar, compartir y entregarte mi vida entera. Concepto que bordea lo arcaico, con un sentimiento sobre los límites de lo contemporáneo y que se sentencian con un deseo casi eterno. Aún desafiando a la vida misma, seguirá siendo cierta esta verdad. El desarrollo de la historia que se quiere vivir.

Que la oportunidad para que esto exista, no pasa, ni deberá pasar por mí. No solamente por mí. Es un gusto que tenga que ver casi en todo ello tu curiosidad, interés y sentir, el hecho de que quieras saberlo o no que es lo que te tengo reservado. Lo que tu propio latir impere con respecto a este sentimiento inevitable.

Algo debes de intuir... ¿pero cuán profundo es el agujero del conejo? Eso es lo que te dejo a tí descubrir, si así lo deseas. Sólo pídelo, y te guiaré a través de este enredado laberinto. Y está la paciencia de una vida para esperar una única respuesta.

Sólo me resta decirte la interrogante final: ¿Quieres saber que tengo para tí?

Gritos y giros


Aún a pesar de los entreveros que la vida misma motive, hay siempre buenas vías para lograr los cometidos. Sólo no hay que dejar de creer, aún en el más profundo de los silencios. La esperanza se renueva. La luz volverá... eso lo sé. La transición puede ser lo complejo... pero los allegados lo harán más simple.

Giros ajenos, mi vida,
nos devuelven la mirada.
Voces que no intimidan
si amenazan retirada.

Direcciones en el viento
entreveran consagrados.
En el hielo no me tiento
por resignar el pasado.

Remarcan una elipse
estos acontecimientos,
Imposible que te erices
en vacíos firmamentos.

¿Dónde se habrán llevado
a todas estas estrellas?
¿Se nos habrán sublevado
o sólo una destella?

Alucina el vacío
observando los caminos.
Otra vez, no ha caído
en lo cierto del destino.

Enredado en sus canciones
los verá sin percibirlos,
al repetir oraciones
del refrán desconocido.

Ya de frente ve la arena
como un reflejo tardío
Sin aviso se le impregna
cuando el tiempo ha huído.

¿Dónde se han acabado
los recuerdos que son de ella?
¿Miedo a ser olvidado
o razones de querella?

Mientras muerde otra noche
las nostalgias de memoria,
se recuerda en el goce
de una feliz historia.

Interrumpen sordos gritos
de una incierta realidad.
Se rebuscan los suspiros
al mirar cada cualidad.

Reaccionar, levantarse,
un nuevo día que llegó.
No volver a acomodarse
en las dudas manifestó.

¿Si se habrán encontrado
caballero y doncella?
Que lo responda el dorado
al brillar en tu estrella.